Amigo en lo diario,
en lo duro un hermano,
compañero de miedos,
jácaras y duelos.
Apura tu árido vaso
que viene otro aguacero.
Reparte tus pesadumbres,
y canta el canto de la justa hora.
Esta noche se estira,
aprovecha y diluvia
tus desconciertos,
que ya será mi turno,
que se estira la noche,
no hay prisa por la sábana,
el mundo es nuestro
y en esta barra nudosa
está la solución,
el remedio del mal
que aqueja al Universo.
Ramirez, no ahoguéis las penas. Dejad que floten, ya encontrarán tierra. Y se secarán al sol.
ResponderEliminarLas penas compartidas son menos..
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