Hoy es buen día,
eres el más grande,
a tu paso,
por la calle acostumbrada
te rinden honores las farolas,
reverenciando los largos cuellos.
La lluvia,
tenue y cariñosa,
baña tu cara,
tu ropa,
bendiciéndote,
bautizándote,
refrescándote del frío.
La gente te mira,
respetuosa,
y aparta la cara deslumbrada,
murmurando elogios discretos.
Los semáforos,
tímidos,
se ruborizan cuando pisas
la alfombra rayada
en tu honor extendida,
mientras
un toque de cornetas solemnes
proviene de las bocinas alegres
de los vehículos detenidos
y sus ocupantes,
asomando los cuellos
con fervor,
cantan himnos en tu honor,
y glorias a tus progenitores.
Hoy no eres ese imbécil,
hoy puedes con todo.
Debería haber más días así..
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