No respondo,
me inhibo
lavando mis manos
en aguas turbias
de sal de conciencia.
Visitados los altares,
ofrendando intenciones
y obteniendo silencio,
o penitencia,
rescindo contratos
con el gris cotidiano
y me desencadeno.
Me despeño
en vuelo erróneo
pero propio,
desnudo
de prendas prestadas.
Inimputable,
insolvente en culpa,
absuelto a priori
del crimen de vida.
Da miedo imaginarle
ResponderEliminarlanzándose al abordaje,
armado del photoshop
y el desnudo de la imagen.
No me tiente.
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