Aquel hombre,
de cuya boca manaban
rosas en racimo,
regadas de arias
y atadas con trazos
de pincel diestro,
murió un día,
enfermo terminal,
invadido de tumores
de belleza extrema.
de cuya boca manaban
rosas en racimo,
regadas de arias
y atadas con trazos
de pincel diestro,
murió un día,
enfermo terminal,
invadido de tumores
de belleza extrema.
Narciso, Narciso!! jejejejeje
ResponderEliminar"Si tomaras mi lugar
y te vieras con mis ojos
entenderías sin dudar
de Narciso y sus antojos!"
sirenario.blogspot.com
Buenos versos!