Tiene mi niña un vestido
de rayos de luz de luna,
con hilos de nube cosidos,
luciendo como ninguna
cuando sonríe en marfiles
siempre ávidos de aceituna,
envidia de los delfines.
Peinada a concha de ola,
calzada en pétalos de jazmín,
pendientes de caracola
con brillo de luz de abril.
Porque siempre es primavera
en este humilde jardín,
si está mi niña a mi vera
mi rosal no tiene fin
y trepa hasta los luceros,
como no, hasta el del Alba,
que da nombre a quién yo quiero,
el Alba que a mí me salva.
de rayos de luz de luna,
con hilos de nube cosidos,
luciendo como ninguna
cuando sonríe en marfiles
siempre ávidos de aceituna,
envidia de los delfines.
Peinada a concha de ola,
calzada en pétalos de jazmín,
pendientes de caracola
con brillo de luz de abril.
Porque siempre es primavera
en este humilde jardín,
si está mi niña a mi vera
mi rosal no tiene fin
y trepa hasta los luceros,
como no, hasta el del Alba,
que da nombre a quién yo quiero,
el Alba que a mí me salva.
Qué preciosidad, Juan Luis, de niña y de poema.
ResponderEliminarGracias.
ResponderEliminarQue se me cae la baba cuñao
ResponderEliminarLinda,linda de verdad.
ResponderEliminarGracias
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