funambulear por lo aceptable,
equilibrarme,
en vocación de recta.
Bien podría buscar ritmo,
constante y sin redobles,
puntual latido,
pero la espiral,
el muelle motor
de mi errática maquinaria,
tiene pliegues vencidos
y salta a capricho
engullendo segundos.
Bien podría ser cristal,
témpano impasible,
mas las ascuas
me funden
e inundo los portales
que visito.
Y lo mismo soy charco
que torrente,
calima y diluvio,
carne y metal,
seda y estopa.
Muro o ventana,
pozo o escalera.
Mas no aspiro
a prisma tallado,
que cristalizo mal
al ser un gajo perdido
de un astro errante.
No hay aleación
que me temple,
pues pierdo el filo
al primer embate,
y voy del estoque
a la estaca
y si no corto,
parto.
Bien podría la norma,
lo común,
adoptarme,
sacarme de este hospicio
de huérfanos de tierra firme.
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