Hay abrazos antiguos,
por la azarosa vida retardados,
que empujados por las ausencias,
siempre bruscas,
arañan el pecho
y herida dejan.
Hay lágrimas en mi hombrera
y mi camisa duele,
duele porque la falta es grande
y del dolor participo.
Cuánto daña el haber podido,
pero la vida daña
y cuando acaba,
en los demás duele.
Pero la verdad estuvo,
cruel y áspera,
en aquella sala última
de las frases siempre mal hechas.
Que la falta os sea leve,
dentro de lo posible
pues la memoria es agria
y dulce a cada rato.
por la azarosa vida retardados,
que empujados por las ausencias,
siempre bruscas,
arañan el pecho
y herida dejan.
Hay lágrimas en mi hombrera
y mi camisa duele,
duele porque la falta es grande
y del dolor participo.
Cuánto daña el haber podido,
pero la vida daña
y cuando acaba,
en los demás duele.
Pero la verdad estuvo,
cruel y áspera,
en aquella sala última
de las frases siempre mal hechas.
Que la falta os sea leve,
dentro de lo posible
pues la memoria es agria
y dulce a cada rato.
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