Vienen los aires de hueso roto,
el aire de cuchilla,
la sombra helada
de las palomas muertas
y viene la agonía
de no saber donde estás,
o si estás siquiera.
Hambre de sábana huérfana,
silencios robados
a una almohada agotada.
Vienen días de vaso sin colmar,
de no querer
ni ser querido.
el aire de cuchilla,
la sombra helada
de las palomas muertas
y viene la agonía
de no saber donde estás,
o si estás siquiera.
Hambre de sábana huérfana,
silencios robados
a una almohada agotada.
Vienen días de vaso sin colmar,
de no querer
ni ser querido.
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