Diciembre agoniza en dulce,
en campanillas publicitarias,
sorteos y luminarias.
Unos grandes almacenes decidieron
que este año,
éste precisamente,
todos seamos elfos
y nos fijamos bien
para ver elfos por las esquinas
mientras compramos agasajos,
irreductiblemente consumistas.
Proceden los reencuentros posibles,
los retornos de turrón de almendra
y evocar ausencias,
las sillas vacantes
y los nichos ocupados.
Cuando reaccionamos
vemos que no hay gobierno,
pero si miras bien,
es que todos son elfos.
en campanillas publicitarias,
sorteos y luminarias.
Unos grandes almacenes decidieron
que este año,
éste precisamente,
todos seamos elfos
y nos fijamos bien
para ver elfos por las esquinas
mientras compramos agasajos,
irreductiblemente consumistas.
Proceden los reencuentros posibles,
los retornos de turrón de almendra
y evocar ausencias,
las sillas vacantes
y los nichos ocupados.
Cuando reaccionamos
vemos que no hay gobierno,
pero si miras bien,
es que todos son elfos.
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