domingo, 29 de diciembre de 2019

LAS DOBLECES QUE ME BUSCAN

No tengo las dobleces que me buscan, 
que con empeño me adjudican 
cuando es la transparencia cruda 
la norma en la que habito. 

Bien es cierto que más callo. 
No pronunciarme me acomoda 
y me evita el exabrupto, 
pues nada aporta navegar 
en tempestad de necedades. 

Pero no he la mala entraña 
que me acuñan en falsa moneda
ni uso embozo 
ni emboscada. 

Cierto es que me disperso, 
me despisto en lo común 
y evito inclinarme en reverencia, 
mas no es afán de hacer ofensa. 

Gente hay de torcido gesto, 
que calla arrugando hocico 
y atesora hiel que le amarga el rictus. 
Gente que acusa de lo que ejerce 
y achaca al prójimo intenciones 
que le son propias en lo cotidiano. 

De frente suelo ir, 
si no es así es el silencio 
el que me cobija 
de las heladas lluvias 
de los rencores primarios. 





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