Ni entro en los hospitales
ni entro en los algodones
como en las azucenas,
ni soy tan poeta ni tan héroe
como lo fue Miguel,
pues no son para la libertad
mis heridas
ni mis versos son alados
ni inmortales.
Que es otra guerra la mía,
más terrenal de andar por casa,
y no hay épica ni gestas
ni más causa que el sol diario.
Me entrego a los cirujanos
cual árbol carnal,
no tan generoso,
quizá cautivo,
sin más afán que la propia vida.
Lo que a uno le queda al cabo.
ni entro en los algodones
como en las azucenas,
ni soy tan poeta ni tan héroe
como lo fue Miguel,
pues no son para la libertad
mis heridas
ni mis versos son alados
ni inmortales.
Que es otra guerra la mía,
más terrenal de andar por casa,
y no hay épica ni gestas
ni más causa que el sol diario.
Me entrego a los cirujanos
cual árbol carnal,
no tan generoso,
quizá cautivo,
sin más afán que la propia vida.
Lo que a uno le queda al cabo.
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