Ese domingo despertó con el sabor a metal
que dejan las arias de Bizet,
de dulzor francés de añejo y frutal de españolado.
Ese domingo sabía de lo inevitable,
ceremonia y rito social
con viandas braseadas a la mascarilla torcida.
El sol rugía fuera,
declarando intenciones
y en algún sitio el mar remojaría pies fotografiados.
Ese domingo era de aniversarios,
de la fundación del clan
y habría que moderar a los convidados,
siempre dados,
a dar.
Ese domingo asumido,
saltó el reproductor, "Così fan tutte",
como reafirmando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comente si quiere que se publicará si me place.