jueves, 20 de agosto de 2020

LA LEYENDA DEL IMBÉCIL



 Aquel imbécil le llevó un ramo de rosas, 

enamorado y cándido de melazas, 

y tuvo que asistir a como masticaba los tallos y las espinas 

para vomitar polillas negras de sangre pútrida 

que acabaron anidando en sus axilas de enfermo terminal. 


Aquel imbécil no murió entonces, 

se curó de las mariposas oscuras  

y cambió al jazmín como ofrenda, 

más vegetal y digestivo, 

por aquello de los contagios. 


Ella sonrió ante el ramo 

y le descarnó el cuello de una dentellada de loba con camada. 


Aquel imbécil libró, 

dejó crecer las flores en las orillas 

y canta por las tabernas tangos de absenta 

a la espera de los puñales que siempre reclamó. 

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