viernes, 21 de agosto de 2020

EL EMPRENDEDOR PANDÉMICO

 Se hizo sepulturero de horas muertas 

en las salas de espera de los hospitales. 


Viento en popa fue el negocio 

hasta la última pandemia, 

cuando enterraban semanas en masa 

en fosas comunes de tiempo añadido. 


No se rindió y fundó una empresa de espacios, 

de distancias sociales homologadas, 

pero una vacuna jamaicana le arruinó de nuevo. 


Ahora vende saquitos de miedo en grano 

para calentar al microondas 

por las ferias medievales de todos los castillos.


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