Vuelven regresadas las fechas
tras otra órbita a la estrella,
y se suman cifras al currículo
de esta osamenta fallida,
errática y necia
que persiste en presentirse,
en sentirse y en saberse.
Vuelven regresados los buenos deseos
de los propios, los cercanos,
allegados y anexos,
todos imprescindibles en aliento.
Habrá que celebrarse en lo posible
pues posible fue
dando requiebros,
trompicones que insisten
en firmar fin de contrato.
Habrá que celebrarse y celebraros,
pues sois luz y sustento,
ajuar amable
que se infiltra en la argamasa
de los pilares de mi ser.
Un giro más en translación
de la azulada mota que nos porta
por lo inmenso.
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