Sucias bestias
de miradas de fango,
proliferan en plaga
acechando los brotes,
para ensuciar la flor,
el juego de los esquejes,
buscando emborronar
las sonrisas transparentes
de arroyos crecientes,
viles asesinos
de la única inocencia.
Lúbricos reptiles
merodeando el nido,
babas de estercolero
corrompiendo todo futuro,
rosada carne temprana
malograda por la ruindad.
Cómo defenderse
de todo el mal pensable.
Cómo evitar el imperioso deseo
del antiséptico degüello,
efectiva terapia
para los hijos de Herodes.
jueves, 26 de abril de 2007
ALIMAÑAS DE GUARDERÍA
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