Hoy,
en este día preciso,
en la quietud de un planeta paralizado,
pausada la rotación,
perenne hoja de calendario,
no estoy.
No me busquéis en las horas decretadas,
huí hace tiempo de los minutos afilados
y me escondí tras el dígito,
frenando su avance terco
de correlativo número empecinado.
No me veréis pasar,
pues no camino por esta página,
duermo sobre la pausa,
acunado entre paréntesis
sobre puntos suspensivos.
Mañana,
acaso restaurado el ciclo,
estaré donde siempre
o donde nunca.
Mañana,
quién sabe cuando,
puede que en algún momento preciso
o translúcido y difuminado,
estaré ahí,
donde se suele estar
en estos casos.
Y a los que son, que no son todos los que están, no les cabía ninguna duda.
ResponderEliminarY usted le llama descabellada a la idea? válgame dios!
Quede usted enlazado :-)
Me honra su reconocimiento y le correspondo el gesto.
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