Porque yo la vi en el río,
lavando colas de estrella,
cuando ya se había “ío”,
robé del barro su huella.
Y esa blanca pisada,
“salpicá” de polvos de luna,
tendí bajo mi ventana,
oreada con brisa pura.
Seca ya, copa la hice,
grial de mis ceremonias,
me emborraché lo que quise
con vino de breve gloria.
Y por culpa de aquel robo
de una pisada con dueño,
en el penal me deslomo,
y grito “la vida es sueño”.
Y soñar siempre es pecao
de perpetua penitencia,
por mis ansias condenao,
pero es blanca mi conciencia.
Que yo solo fui al río,
y la vi lavando luceros,
y por haberla querío
se me perdieron los fueros.
lavando colas de estrella,
cuando ya se había “ío”,
robé del barro su huella.
Y esa blanca pisada,
“salpicá” de polvos de luna,
tendí bajo mi ventana,
oreada con brisa pura.
Seca ya, copa la hice,
grial de mis ceremonias,
me emborraché lo que quise
con vino de breve gloria.
Y por culpa de aquel robo
de una pisada con dueño,
en el penal me deslomo,
y grito “la vida es sueño”.
Y soñar siempre es pecao
de perpetua penitencia,
por mis ansias condenao,
pero es blanca mi conciencia.
Que yo solo fui al río,
y la vi lavando luceros,
y por haberla querío
se me perdieron los fueros.
La única cosa importante en la vida
ResponderEliminarson las huellas de amor que dejamos atrás
cuando tenemos que dejar cosas sin preguntar y decir adiós.