Me descuelgo
del perchero
y salgo,
al aire,
que ya está bien
de estar guardado.
No soy prenda
propicia
a la polilla,
que me muevo
y,
aun sin planchar,
arrugado,
desastroso,
paseo mi marca anónima.
Que no soy
a medida,
que abrigo
mas no luzco,
no soy dominical.
Soy de a diario,
a días impares
y me axfisia
cualquier ropero.
Bien sé
que no es seda
mi entramado,
que es arpillera ruda
y remendada
y no,
no sirvo
para la prueba,
ni para la ocasión.
No siempre
estaré en la percha,
en un baúl
menos.
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