No te aferres a llamas
que arrasaron la maleza
de un monte salvaje,
pletórico de arroyos
y espumas al salto.
Dulce fue el incendio
mas dañó cortezas
y raices obstinadas
en la huída a las lluvias
y el retorno
a terreno aparcelado
de cómodo riego.
No estaré
para el arrebato,
ya no milito
ni admito levas
para batallas oportunas,
de emboscada
y retirada.
Yo no soy
el enemigo
que encontrarás
entre tus cajones.
Ahora vivo,
no duelo.
No duelas
lo que viviste
sin ser
y sé,
sé tú en ti,
por ti.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
SIN VERSOS EN LAS YEMAS
Se marchitaron los brotes de versos en las yemas de estos sarmientos, gélidos de la nevada, y el racimo es promesa por incumplir. No abu...
-
Me llegan cantos de terrón en voz de musgo, en voz de ave que sortea los pentagramas volando desde la entraña para arroparme en el duerm...
-
Entre años raros te despliegas en esplendores de esperanza. Entre meses raros y terminales de nuevas eras te proclamas plena, tú, peque...
-
La hojarasca borra todo el sendero y los árboles no avisan, como intentan los semáforos tras la nevada urbanita. La importancia de las s...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comente si quiere que se publicará si me place.