Ya valió
que ya no existo
y ni sombra de recuerdo
quiero ser
en tu mente atormentada.
Ya valió
que yo no juego
a tus intrigas fatales
de jaurías en celo,
danzas tribales
de primitiva rabia.
Ya valió
porque ya canso,
de tus dardos de emboscada
que no aciertan embriagados
con mi ánimo al galope.
Ya valió
que yo no temo
emisarios de la inquina,
de la infamia a manos llenas,
recalentados en tus brasas
de hoguera de vertedero.
Ya valió
que ya está bien,
que es la paciencia
fruto perecedero,
que no maté a nadie
por tropezar en mala piedra
una mala tarde
de domingo prescindible.
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Leches que mala historia, si, si Señor; si con palabras te agreden sacude en el mismo término.
ResponderEliminarMu bien!!
Que no hay mejor despecio que no hacer aprecio.
Por qué no lo censuras a ver si se aburre?