Es de seda
el silencio
cuando se viene
del ruido de lija.
Siempre triste,
mas curativo
cuando las palabras
se tornan nocivas.
Palabras que fueron
bálsamo esporádico
se apilan
en argamasa de despecho
formando muro
infranqueable,
lapidación cruel
que apaga el rescoldo
que pudiera quedar
de lo vivido.
Silencio,
tras diluvios
de ruido necio,
silencio como sol tibio
asomado tras la nube.
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