Con el invierno moribundo,
aquella laboral mañana,
los andenes contenían
sueño prorrogado.
Cargaban los vagones
agua y jabón en rostro
y páginas marcadas
con los párrafos pendientes.
Pendientes los proyectos
y las jornadas pendientes,
besos tibios de buenos días
en las mejillas inscritos.
Y llegó el odio en clavo,
de dinamita parido,
horror atónito
sobre raíles de pueblo,
bajo oraciones mezquinas
de versículos de estafa,
sembrando el grito
para recolectar silencio.
Madrid desangrada
de futuros inciertos,
Madrid herida
de la memoria por bandos,
Madrid que sabe
de sangre, a cada poco,
donde se alzan torres
y se llora por barrios.
miércoles, 11 de marzo de 2015
Madrid, 11 de marzo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
SIN VERSOS EN LAS YEMAS
Se marchitaron los brotes de versos en las yemas de estos sarmientos, gélidos de la nevada, y el racimo es promesa por incumplir. No abu...
-
Me llegan cantos de terrón en voz de musgo, en voz de ave que sortea los pentagramas volando desde la entraña para arroparme en el duerm...
-
Entre años raros te despliegas en esplendores de esperanza. Entre meses raros y terminales de nuevas eras te proclamas plena, tú, peque...
-
La hojarasca borra todo el sendero y los árboles no avisan, como intentan los semáforos tras la nevada urbanita. La importancia de las s...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comente si quiere que se publicará si me place.