Hay que dormir el miedo,
arroparlo con pétalos
de esperanza abierta
y mirar al frente
de la senda convenida.
Mejor así,
desnudarse del agüero
y bañarse en brisa
de la que vendrá mañana.
Todo irá,
será a la fuerza bien
si bien se emprende,
con escolta fiera
de quien nunca falta.
Ten la aurora en seda
y que el miedo duerma
hasta que la luz impere.
Ramillete de ánimo
trenzado de palabras
a tu mesilla envío.
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