Acorralado de duda
me revuelvo,
hiero
y duelo,
en esta batalla fría
de vivir rodeado
de quereres
y odiares,
que no es lo mismo
mas se acerca.
Apuñalo
como acaricio,
a mandoble seco,
duro y tierno.
Y hasta el silencio
explota,
amputando cuerpos,
a mi paso callado.
El enemigo
se rinde a veces,
al econtrarnos
en los espejos.
Cruenta es
esta guerra fiera
de furor helado.
No se,
estoy sitiado.
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