Las vivencias rebotan,
retornan,
insisten,
reasisten
a la vida nueva
sin resignarse
a los cambios
no retroactivos.
Y quiere uno
otras visiones,
otras palabras,
otros tonos
no sabidos,
mas vuelven
las melodías
lánguidas,
pastosas,
oscuras
y obstinadas
en repetir
canciones.
Y uno no puede
normalizar,
insistir en lo razonable,
a pesar de,
a costa de,
y escapa
de lo que yá huyó.
Y los lugares,
los comunes,
son refugios perversos
y las gentes,
las comunes,
las habidas,
las tenidas,
son armas cargadas
con posta de odio
no legitimado.
Y lo peor,
el rehén,
el inocente testigo
de los crímenes
pasados,
cargado de interrogantes
y de expectativas huecas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comente si quiere que se publicará si me place.