domingo, 30 de diciembre de 2018

PESIMISTAS DÉCIMAS DE UN HOMBRE DEL SUROESTE.

Cuánto humo de barricada 
se nos pegó a la osamenta, 
iban a salir las cuentas 
mas vino la bofetada 
de esta falsedad pactada, 
un funeral diferido 
de aquel jabalí ya herido 
que nadie intentar salvó, 
mas con saña se robó 
aunque ahora impere el olvido. 

Gritar con el puño en alto 
con el polo de Lacoste, 
encierros de tres por dos, 
mientras se asume el desfalco. 
En el Campoamor un palco 
para premios principescos 
entre paisajes dantescos 
que en las Cuencas nos dejaron. 
Los fondos enajenaron 
sin que se les mute el gesto. 

En el próximo futuro 
mejor que nos trague el mar, 
sólo queda traficar 
para que ganes un duro. 
De eso hay demanda seguro 
mientras quede una pensión, 
un sueldo, una subvención 
o puesto de funcionario 
enchufado a lo corsario, 
como era la tradición. 

Yo vine del Suroeste 
aquí, a esta tierra amable
que se me entornó entrañable 
y por eso echo estas pestes.
Por temprano que te acuestes 
aquí tuve yo una hija 
y cualquier opción que elija
la aboca a tomar destierro, 
pues ésta es patria de entierro, 
asilo y poca sortija. 








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