ya fue una muerte anunciada,
ya sí que no queda nada,
ya todo es arqueología.
Atrás quedaron los días
de aquella épica minera.
La Asturias dinamitera
barrena sólo en festejos,
este es país para viejos
y hay que buscar la frontera.
Se marchitaron los brotes de versos en las yemas de estos sarmientos, gélidos de la nevada, y el racimo es promesa por incumplir. No abu...
La frontera de la vida entre el sol y la armonía
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