Esa película vieja
que te lava las legañas,
en blanco y negro,
para que desayunes luces
con sombras mojadas en café con leche.
Un encuadre arriesgado
acotando las pasiones
y la miseria humana
en plano secuencia eterno.
La vida en panorama,
en túnel rectangular
que te engulle,
pasando por todas las escalas
de los posibles grises.
Trineos abandonados,
trincheras de vana gloria,
mujeres letales
con aves pintadas
y un motel con mecedora
y cortina de ducha.
sábado, 18 de julio de 2015
Sesión matinal.
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