Del salto a la caída,
del acierto al yerro,
nada confío en el tino
de la decisión que tome
cuando haya que hacer
lo que hubiera que hacer,
si hacer procediera.
Tanto se expanden los espacios
como se contrae el razonamiento
y la altura de miras
es deficitaria.
Visualizar futuros
no diseña porvenires
y falla la fuerza
y la rabia es desvarío.
Sumar
siempre acaba en dividendo
y el resto,
precario suele ser
en esta andanza.
Azares,
errores,
ciertos aciertos
y un espacio hueco
de dónde cuelgan los abrigos.
Desidia contemplativa,
mirar y morir,
morir mirando,
agonía de expectador
fuera de juego.
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