bien que celebro la orfandad buscada
de trascendencias de ave negra,
promesas de ave blanca
y pasaportes a cualquier pliegue.
La desnudez del argonauta
me define sin épica,
débil en los embates del temporal
quizá muy largo,
pero libre de los cánticos
y el embeleso.
Bien hubiera estado
un disparo de luz así,
en lo colectivo,
para vaciar los templos
y habernos refundido estelares
de gravitar saber,
astrales y gentiles,
para afrontar esta estampida
de bueyes desterrados
sin los arcanos miedos
que decapan lo mezquino.
Bien hubiera estado
y estará,
pero mucho oscuro queda en los armarios
de naftalinas consagradas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comente si quiere que se publicará si me place.