viernes, 30 de junio de 2017

RETORNO AL DEGÜELLO.

Llueve sobre la niebla 
de esta ciudad mojada, 
casi siempre recién lavada, 
definida en humedades. 

El degollado espera 
retorno al degüello 
pues no bastó 
con un lance 
para zanjar disputa. 

En la octava 
se le recuerda 
en grato 
y gratamente saluda 
las ternuras blancas 
que siempre estuvieron. 

Llueve, 
como si procediera, 
y la vida se levanta 
ajena a los intramuros 
del templo de los sin nombre. 

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