viernes, 30 de octubre de 2020

DE AQUEL QUE NACE.

 Hay quien nace con palabras 
con palabras en enjambre 
que encuentran colmena en el alma de los pueblos. 

En el alma de los pueblos uncidos, 
yunteros del hambre 
amamantados a cebollas de luna 
y sangrantes de libertad. 

Cautivos henchidos de vientos, 
pastores de los llantos 
de enamoradas muertes 
entre desalentadas amapolas. 

Hay quien nace hortelano de palabras 
con el injerto justo 
para instaurarse en conciencia 
de los desheredados del terrón. 

La raíz amarga de la España dolida en parto. 

DESVARÍO MADRUGADO


 Todo se reduce a lo fundado, 
a lo infundado 
y a lo convenido, 
que mejor no cambiar los ritmos 
por lo de lo primigenio, 
los acomodos 
del contexto a la medida del ocupante 
en lugar de a la inversa. 

Y así crecimos, 
en la tasa, 
tasando y graduando, 
etiquetando accidentes geográficos 
y anillando palomas adúlteras 
engendradoras de dioses. 

Obsesión por el monolito y la altura centrípeta, 
la lujuria de la llama 
y la sangre en símbolo en lugar de vehicular jugo 
de transportar nutrientes. 

Segregar, por género, raza o estamento, 
que mejor aparcelar 
ante el miedo a ser menos que nada 
que es lo que somos en acierto. 

CÓDIGOS


 En el caminar en seco por las tierras 
que dejan memoria en las huellas, 
las que se transfieren a tu historia nunca escrita, 
en ese caminar, decía, 
queda cierto dolor de raíz no consumada. 

Qué más dará lo pisado, 
también es cierto, 
que no será sustrato el que te construya 
sino el clima de los encuentros, 
los desencuentros y las luces y humedades 
fotosintéticas 
que la savia destilan. 

Pero tienen las ciudades códigos 
que impresos quedan, 
impregnados en las prendas de entretiempos 
como sello oficial de anotaciones al margen. 


miércoles, 28 de octubre de 2020

INMISERICORDE

 Inmisericorde me proclamo y la inclemencia me define 
a día de hoy, 
a partir de la hora de ahora y en la hora de nuestra muerte, 
Amén. 

Y así se me vienen los rezos, 
de tal forma se me evocan 
sin invocarlos y se embocan 
en mi boca como un eructo 
de algo mal dígesto. 

Inmisericorde y renegado, 
tres veces renegaré de vuestros dioses, 
sus mesías, sus profetas 
y sus pervertidos parásitos de culpas inoculadas 
en los tempranos años en que el miedo nos moldeaba 
como vasijas de miseria. 

Inmisericorde cual la vida es en su grandeza 
sin equilibrios impostados 
por esquema humano de buscar justicias que nunca fueron. 

Y así se me viene la rabia, 
a veces, 
del resentimiento amargo por los acíbares tragados 
arrastrando el mal sin reparar 
de querer reparar lo que nunca mal fuera. 

Inmisericorde reivindico el rescate de los niños 
sin aludir siquiera a los crímenes frecuentes. 

No dejéis que los niños se acerquen allí. 

©️Juan Luis Nepomuceno





martes, 27 de octubre de 2020

NO HABÍA CASO

Me dieron razón de viento 
cuando pregunté en tu portal. 

Buena es la deriva buena 
si así se tercia en tus climatologías 
pues movimiento es y a libertad aspira. 

Pidieron razón de mí, 
en mi portal más reciente 
y no supieron, 
no supieron decir...
... que si parece...
que si dijeron, 
tal vez, quizá, 
yo no sabría. 

Y yo tampoco sabría 
dar razón de mi entresijo 
y los espacios a los que tiendo 
en lo corpóreo.

Pidieron razón de mí, 
no dijeron quienes 
ni a qué objeto, 
ni a qué sujeto ni el predicado pretendido, 
pero qué más dará, 
carajo, 
si piden razón de uno 
señal es de que se cuenta 
e igual se existe 
por pretensión ajena, 
por la mera pregunta 
que te sustancia. 

No dieron razón de nadie 
el año aquel de los perímetros. 

Tampoco la pidieron, 
no había caso. 

lunes, 26 de octubre de 2020

EN LO ABIGARRADO

Foto ©️Juan Luis Nepomuceno
 Que me crié yo en lo abigarrado, 
en lo fronterizo al filo, 
a la raya donde se raya el rayo 
de la luz más ibérica 
y se rallan los sentidos sobre las primaveras 
más osadas. 

En lo dorado de las tardes guadianeras 
de Alcazaba furtiva, 
de robados besos en hierba sobre muralla 
de cervezas colectivizadas.

En lo abigarrado pero por escalas, 
navaja jornalera y pistola falangista 
en calles asoladas donde la historia 
fundó la desmemoria 
de la sangre gravitada. 

En lo abigarrado de la "jondura" 
de un cante, 
una saeta engominada 
y un redoble enmascarado 
de un carnaval carnal en la osadía. 

Que me crié  yo en lo abigarrado 
que se me diluye en las distancias 
de lo que es mi tierra madre 
y donde mi madre en tierra habita, 
raíz y troncho siempre tierno 
a vida tronzada, 
abigarrada de ingratitudes. 

Que yo quisiera abigarrarme 
y agarrarme múltiple y variopinto 
a las paredes encaladas 
y a las piedras musulmanas, 
oyendo un fado corridinho 
y llorándole a una encina 
mis pesares carboneros 
e irme así, 
en barca de embarcadero, 
remando entre puentes 
sobre un río que nace con ojos 
para mirarte al paso, 
Badajoz de lo que soy. 

domingo, 25 de octubre de 2020

EL INSTANTE

 El instante, 
solo el instante ahí, 
imprescindible en lo crítico 
como si nada 
pues para nada es al cabo. 

El instante, 
fugaz pero en la estela 
la huella, 
la consecuencia fugaz quizá
pero en su entidad presente, 
decisivo en sí, 
por sí, 
para sí 
y para mí 
por si... 
por si las causas persisten 
en su finalidad última, 
postrera 
de siempre postergada. 

El instante, 
de repente un instante 
instantáneo y soluble 
con solución de continuidad. 

sábado, 24 de octubre de 2020

CASI MATAR QUISIERA

 


Se me agotaron las cuitas y los avatares lánguidos 
desde que decretaron la quietud, 
esta quietud que nos define en la era estática 
de la estética de lo embozado, 
el encapote, 
lo solapado, 
lo confinado por indefinido 
y lo precintado, 
perimetrado, 
territorialmente distribuído 
y, siempre a destiempo, 
lo sepultado. 

Se me agotaron las cuitas pero no el asombro, 
el asombro y tanta pena en la desdicha 
de observar el hundimiento 
al que responden con banderas de metrajes indecentes 
y casi matar quisiera , 
casi matar quisiera en figurado 
mientras ellos casi alientan el matar en diferido. 

Se me agotaron las cuitas 
pero casi matar quisiera. 

martes, 20 de octubre de 2020

EL TRUHÁN PEREGRINO

Llegué aquí algo aturdido, 
ajeno al grisáceo y a expensas de lo ya servido. 

Casi un desierto de agosto adherente 
y nativos huraños de humedades a la melaza tibia. 

La voz en grito a contravaso, 
las segundas intenciones a postura de rampla 
y el inevitable hallazgo de que todo es mejor a este lado, 
más y mejor en cantidades gastronómicas, 
más y mejor hecho en lo prejubilado 
y en el relato deconstruído sobre neumáticos. 

Luego todo vino rodado en plano corto 
o sobre plano secuencia de pasillos interminables 
y barras de mala hora. 

Enraizó bien el plantón de mi bulbo 
y como un jazmín me vi 
y como un cebollino me asumo en la acidez 
que me dio la tierra carbonatada. 

Lo acontecido fue bien llevado en mejores y peores compañías
y hubo jauría que quiso de mi dar buena cuenta hacia el infierno 
a base de patada rastrera manufacturada en lo hijo de puta, 
mas cuando en las costuras, 
cuando más se inyecta el hielo en los tuétanos, 
la gente revienta en florecerse aromática con ungüento de aliento de verdades. 

A mi verso acuden y yo mi verso siempre les debo a cobro revertido. 
Mieres me mata, me mata lo que me mata pero Mieres está, 
en el camino viejo de los reinos, 
donde un peregrino hubo su jubileo sin necesidad de abrazar leyendas. 

lunes, 19 de octubre de 2020

FONDO Y FORMA




La caída libre puede ser vuelo 
y el hambre de ti el alimento sustancial que me sostenga. 

Empecemos así, 
rayando la cursilería por mor de provocar 
antes de internarnos en los resquicios oscuros de la rabieta, 
del dramatismo contestatario de los héroes contemporáneos 
que tanto luchan y tanto nos redimen todos los días 
de lo acomodaticio. 

Empecemos así 
y luego esputemos tras la mascarilla versos hirviendo 
de conciencia colectiva 
o de tormento interior que se expande y se derrama 
sobre las espaldas mojadas de los boquiabiertos 
para espolear los caballos alazanes de las revoluciones 
que nunca vimos. 

La caída libre puede ser vuelo 
y mi sed de tu cáliz la última oración en el huerto. 

Empecemos así, 
por qué no, 
evangélicos e irreverentes y apedreemos a un ángel desterrado 
en desagravio por las cervezas negadas. 


sábado, 17 de octubre de 2020

TIEMPO DE DESCUENTO

En este tiempo de descuento 
se nos va el tiempo por descontar y no sabemos, 
no sabemos, 
nadie nos preparó para estas orfandades de plástico 
ni nos advirtió de la disonancia de los caudillos. 

Los caudillos que nos modelamos del barro primigenio, 
ellos fueron la avanzadilla como alegres bufones patéticos, 
recreándose en el estrambote 
mientras se fueron haciendo con las tres pistas 
para todas las sesiones. 

En este tiempo de descuento 
se nos rebajan las horas a lija gastada 
y babeamos esperando desde el nido del cuco 
que nos sobrevuele un reflejo de nosotros mismos. 

viernes, 16 de octubre de 2020

“TODOS TUS CRÍMENES”, los de Justo Braga.

Atracado en muelle de biblioteca, 
esperando a poeta que presenta clandestino, 
poeta curtido ya en palabra de todos los bombardeos, 
genio, figura, 
interrogador de inocentes 
y de muy culpables, 
que sé yo de lo que hablo cuando hablaba. 

Mi temperatura bien a la entrada, 
mis datos a regañadientes 
pues no es mi día de lo oral 
y acomodado estoy a la espera del cortejo, 
que no era plan de perder aforo. 

Que todo es aforo ahora, 
todo es bien limitado 
y deber debía rebasar el confín 
del confinado 
por mor de asistir a tal evento. 

A la espera de Justo estoy, 
que a bien tuvo presentar mis degollados versos 
de cuando aquella osadía de mutilado. 

Versos criminales, 
“Todos tus crímenes” es la gracia 
del libro que trae una marea, 
crímenes al verso de tajo 
o de disparo del nueve largo, 
o delito de sábana y espumas, 
de deseos y fragores. 

Crímenes de un policía sagaz 
y homicida de inspección ocular 
que le delata, 
crímenes imprescindibles para tiempos 
de embozos. 

Y viene con juglar, 
también poeta, 
Turonés de pro y arte madrileño, 
delgado hidalgo de cabalgar las letras 
sobre teclas aladas. 

Crímenes húmedos de un criminal amable. 

Justo no es justo pues se desborda en lo grande. 



MALOS TIEMPOS PARA LA CRÍTICA

 Me levanté y me vi. 
El café lo puse yo. 
Me lo agradecí en lo formal, 
sin afectividad añadida. 
La sintomatología 
insiste y despliego comprimidos 
para el reparto. 
Volví a darme las gracias 
y entre sorbo de café, 
prematuro de tibio, 
con la microonda fallida, 
escribí este poema indolente 
con los pulgares 
sobre lo táctil más táctil 
de lo que ahora tocamos. 
No me gustó. 
no dije nada, 
habrá más gente que lo deteste 
y no son buenos tiempos  
para la crítica. 

jueves, 15 de octubre de 2020

EL SONETO DEL CÍCLOPE




Viéndose que hoy también la tierra pisa, 
desalmado y mugriento Polifemo, 
al soneto se da Nepomuceno, 
al soneto se da sin pausa y prisa. 

No sabe si apostar por llanto o risa, 
que el soneto le salga es su baremo. 
Un mediocre gañán, un vate memo, 
que lo mismo repica que va a misa. 

Los cuartetos salvó no malamente, 
al terceto se lanza en aluvión, 
de las sílabas urde la aritmética 

porque quede al final algo decente, 
demostrar que recuerda la lección 
del soneto y las claves de la métrica. 





DARÁ LO MISMO

 Qué más me debería de dar, 
si ni venir me viene ni me va 
ni de venir me deja. 

Quién a mí me mandará 
si me manda nadie 
a las alturas estas 
con la que cayendo está. 

Como si bastante no hubiéramos 
con lo que se nos oferta 
y sin oferta se nos otorga. 

Lo mismo dará 
o no dará de sí más de lo que da, 
de sí mismo 
ensimismado propiamente en lo ajeno. 

A qué mas, 
a menos qué, 
a menoscabo, 
al cabo de la calle en la que callo 
por otorgar 
o por no callar hablo y no digo 
porque ni qué decir tiene. 

miércoles, 14 de octubre de 2020

EN ESTE TIEMPO EMBOSCADO


Me deslizo hacia la cueva corpóreo 
como un pulpo en lo elástico, 
en lo adhesivo y tentacular, 
fiel a Arquímedes
en lo espacial y volumétrico. 

Pues no se sabe, 
pues nada sé 
y solo me intuyo 
en lo que está, 
lo que se crece 
y añade al balance de haberes 
de este tiempo emboscado. 

En tanto en cuanto todo cansa 
en tanto en cuanto uno asiste 
a la estridencia amoral 
del puente de esta nave de deriva, 
de esta balsa de Medusa. 

Pues no se sabe, 
pues casi sé 
lo que me intuyo 
y lo que es, 
lo que parece 
y tan familiar me es ya 
en este tiempo emboscado. 

LEYENDAS EN RED


Me descuelgo del sueño como el ahorcado insumiso 
y me torno jinete pálido para predicar justicias. 

Porque soy palabra que os ilumina desde mi corcel 
de verdades puras, 
filósofo de sofá al trote, 
una efigie que os desprecia 
escupiendo tabaco mascado 
sobre lo que os atormenta. 

Porque soy resurrecto en lo mortal 
y tengo plomo encapsulado para salvaros 
de las dudas, 
contándoos las verdades del arriero 
que nunca engrasó los ejes, 
el alivio de las cuitas que os procuran 
los enemigos bien definidos. 

En cuanto os salve 
y redimidos resurjáis, 
empoderados, 
me veréis épico, 
recortando horizontes 
sin dar tiempo a la lisonja 
para remate de la leyenda. 

martes, 13 de octubre de 2020

OTRA HISTORIA

 Entre las uñas quedaron 
epiteliales restos de aquella contienda 
de sábanas mordidas. 

Cuando ardían las alcobas 
en lo forestal, lo carnal de arquitecturas 
más pérdidas en lo corintio.

lunes, 12 de octubre de 2020

TANGENTE

Me quedaré en la tangente, 
quizá un poco diagonal y desganado, 
discreto y distante del punto de contacto 
con la circunferencia que nos acabará cercando. 

Esta vida geométrica nos trae las escalas 
y las coordenadas más trianguladas 
para la exacta y etiquetada ubicación 
a tiempo real de no tocarse. 

Tangente y no secante, 
a las rectas paralelo como osado 
y en la prudencia siempre divergente. 

domingo, 11 de octubre de 2020

TEORÍA DEL TODO Y DEL FINAL

Puede que fuera un cometa 
el que nos dejó al roce la advertencia, 
esas rocas errantes, como carteros de largo recorrido, 
a los que atribuimos anuncios solemnes 
y tragedias finalistas. 

Bien pudiera habernos dejado 
el regulador definitivo, 
el equilibrante, 
el ubicador, 
el disolvente de la soberbia 
por mor de mantenernos 
en nuestra justa medida, 
que no es la de todas las cosas 
por más que les pongamos nombre 
y de ellas idea tengamos. 

Bien pudiera ser que bajáramos muy rápido de las ramas, 
en unos pocos millones de años nos pretendiéramos 
amos de todo lo visto y lo supuesto, 
universo conocido, iluminado, 
y de lo oscuro también por la tendencia. 

Qué mejor que la criba, 
el tamizado, 
el aclarar la broza, 
el regular la plaga 
y descargar un poco el lastre 
de este aerostático globo 
que navegó Cyrano entre versos pretenciosos. 

No creáis que hay hacedor justiciero 
que decida esta sentencia, 
que es la física y su tendencia a equilibrar las radiaciones 
o a establecer otro caos de partículas erráticas. 

Bien pudiera ser que no nos hiciéramos más falta 
que nosotros mismos 
para matarnos a besos contagiosos, 
en el mejor de los casos, 
a la vez que empuñamos las alabardas 
por dar épica a la muerte necesaria, 
esa que no asumimos 
pero bien que procuramos. 

sábado, 10 de octubre de 2020

DONDE ABUNDA EL COCODRILO

Hoy te sé ahí, 
reivindicándote necio en mi cuello devastado, 
porque no me distraiga, 
porque no olvide la certeza 
y levite demasiado entre notas que suenan en altavoz inteligente. 

Hoy me saludas 
con el abrazo implacable, 
sólido, 
sustanciado en la presencia. 

Ajeno a mí pero tan mío 
pues en mí te constelaste. 

Y yo a mi verso y mis pantallas, 
con la indolencia del que espera un divorcio 
por dejación de funciones, 
social a la que me dejas. 

Pero es que te sé 
y saberte es lo debido mientras tú me sabes sabedor 
de que no entrego mis llaves 
ni hago ofrenda de espada 
hasta la derrota. 

Defenderé cada trecho de segundo 
de tu conquista lenta palpando soles en el alba 
y bebiendo las mixturas de los olores cercanos. 

Hoy te sé, 
en tu afán y regocijo, 
otro café 
y cambio lo sinfónico 
por lo pentatónico de algún pantano de Nueva Orleans, 
donde abunda el cocodrilo. 

jueves, 8 de octubre de 2020

ALICIA ALGUNA VEZ

Mírate llegar a los espejos combados, 
los que te envuelven en mercurio para traerte a este lado 
de lo que por lo visto es o ser pudiera 
y me apareces desnuda y fría como un hongo madrugado. 

Vuelve a tu tamaño y vístete de naipe, 
urgente y bien mezclada 
tras el té de a saber qué hora. 

Sigue sonriendo el gato británico 
pero displicente, 
como forzado por la pandemia de estulticia 
en este reino decapitante. 

Mírate llegar deslizándote por la interrogación eterna 
mientras yo ya no te espero 
con mi reloj desorbitado que me hace tarde 
lo que llega quizá muy pronto, 
siempre pronto para cualquiera que conviva
con su reflejo expectante. 

NO PIDAS MÁS


 No pidas, por Dios, que sonría por Dios ni por el Cielo que no le acoge 
ni por los unicornios azules que no perdí ni ayer ni nunca 
pues nunca tuve unicornios ni afán por criarlos. 

No me pidas que cante tus alabanzas que voz no tengo 
ni que bienaventurado sea por lo ya padecido y por padecer 
que a bien tuviera el azar enviarme en este tiempo de avalancha 
de poner la otra mejilla a cada poco sin opción a la réplica. 

No me pidas desde tu sonrisa impecable la ovación y la esperanza 
enmascarada en higiénico y a la distancia recomendada 
de mi gente en sus males que se añaden y que en soledad se desvalen 
y se desvelan casi sin noticias de los inmovilizados. 

No pidas más que nada tengo 
más que el leve aliento en precario 
en precarios días de gente precaria 
que se mueve precaria entre el miedo 
y las cifras de los cadáveres entubados 
en tiempos de hambres por venir 
y sobrevenidas que nadie solventa 
en lista de espera telemática 
mientras vosotros relumbráis en multipantalla. 

Y a los otros que no me pidan tras las banderas 
que desfile en sus falacias de arengas cuarteleras 
para que reverencie reyes emputecidos y sotanas pederastas 
por mor del privilegio heredado del botín criminal 
de guerras mal resueltas. 

No me pidan, 
que hoy nadie me pida más 
en mi encarnadura y mi incertidumbre 
de la única certeza que tengo en lo que me compete 
y los miedos que atenazan a los aledaños. 

Bien ejercí de resiliente y residente y paciente obediente
que a todo asiente y empatizante 
y cargante de buen talante mirando alante, 
mirando arriba, 
mirando abajo 
por los pasillos, 
por los paseos, 
por el trayecto, 
mirando al fin. 

Dejadme pues que pierda la buena hechura 
y la compostura 
por algún día 
que pueda haber. 


miércoles, 7 de octubre de 2020

ESTADILLO DE UN MIÉRCOLES

Los objetivos de este día se resumen en uno 
que mejor obviar por evidente, 
por evidente, 
objetivamente evidente de aplastante lógica 
en las prioridades. 

Después vendrá este poema, 
por recolectar del arbusto, 
de esta zarza que nunca arde, 
los ácidos frutos de anárquica métrica 
que debo excretar casi a diario. 

Alguna sentencia en sarcasmo 
por la almadraba atestada de atunes enloquecidos, 
contagiosos de erráticos 
y voraces en ambiciones 
al anzuelo de falacia. 

Luego apartarse, 
lectura ligera y gastronomía de a diario, 
alguna línea más de proyectos desaparcados 
y cerveza confinada al 0,0 por ciento 
de las leves mejoras de la embriaguez aconsejable 
y ahora vetada por chamanes bien formados. 

Algún acorde, 
tentativa de escala mayor a dedos torpes 
y camuflar lo crónico entre rutinas. 

martes, 6 de octubre de 2020

SILVESTRE

 Sobre mi lomo de lobo viejo 
llevé a Caperucita a través del bosque 
huyendo de aquel marido leñador, 
rumbo al velatorio de la abuela desahuciada. 

Me amó, 
sé que me amó con amor de matorral, 
amor espinoso de monte bajo, 
aromático de lavandas. 

Me amó pero no me quiso 
pues mi cantar era el aullido 
y volvió a los leños bien cortados 
de la chimenea estable del cornudo. 

Sobre mi lomo herido de lobo en batida 
comen los gorriones de mi carne aperdigonada 
y ella ya voló de la chimenea, 
furtiva y vieja, 
como una jineta resabiada, 
espiando mi paso moribundo 
entre los tomillos. 

lunes, 5 de octubre de 2020

LA DEMENCIA DE ESTE LUNES

Hoy silbaban las balas por el pasillo de este hemisferio, 
entre la cocina y el baño, 
en una batalla cruenta de sueños extraviados, 
húmedos de llovizna y charco, 
los que habitaban mis bolsillos recién vueltos. 

Me parapeto a veces tras la camisa arrugada, 
la que nunca puedo planchar 
porque el vapor la rellena de cadáver propicio, 
y sorteo el plomo que se desliza 
por las paredes abiertas, 
entre tuberías. 

Mujeres cuarteadas de yeso dicen mi nombre 
a media voz 
y recuerdo aquellas noches plegables 
donde guardé todos los viajes. 

domingo, 4 de octubre de 2020

LOS CADÁVERES DE LOS DIOSES

 Los cadáveres de los dioses 
se corrompen más despacio 
apilados en las dunas de algún desierto 
bombardeado. 

La catedral inundada 
acoge a los peregrinos náufragos 
y a los suicidas ahorcados 
en los arbotantes. 

Es ilegal el inmigrante transgénico, 
más por pobre que por genética, 
mientras mueren los arios en masa 
por un virus elitista. 

Hay control de senderos 
en el hayedo de todos los otoños 
donde berrea el ciervo rey, 
lujurioso y violento. 

sábado, 3 de octubre de 2020

AUTOEVANGELIO APÓCRIFO

Quise bucear en el Mar Muerto 
y ahora soy momia en salazón, 
flotando a regañadientes. 

Caminar sobre las aguas 
nunca fue mi vocación, 
que al milagro tengo alergia 
y mi santidad está más que cuestionada 
por mi propio comité de expertos. 

Pues bien sé que un cardenal ahorcado 
ilumina más el sendero 
que un fanal de óleos históricos, 
y más seguros van los niños. 

Mucho recé en los huertos 
pero más obtuve de la recolecta del tomate 
que de rechazar cálices crueles. 

Se me durmieron los apóstoles 
porque nunca los tuve 
aunque de Iscariotes anduve servido. 

Bien sé que me muero, 
sin negaciones a canto de gallo, 
pero no de redenciones 
sino de cánceres reiterados. 

Todavía respiro, 
todavía escribo, 
de hijo de puta que soy por persistente. 

En tanto tengáis aliento
vivid, 
que si no ha de ser 
no será. 



jueves, 1 de octubre de 2020

NO LO SÉ

 La verdad es que yo no sé,
no sé si hay tangos infantiles 
o si lo infantil existió algún día. 

No lo sé, 
no sé si odiar la sopa es más que preceptivo, 
no lo sé si la verdad es la desnuda 
de lo no contaminado de adulto 
y en una calleja en pandilla 
se gesta la filosofía universal y el diagnóstico 
de un planeta enfermo de mayoría de edad. 

No sé si todo era tan sencillo, 
seguramente sí, 
todo crudo y sin batir 
en los ojos atónitos de una niña que pregunta, 
como las niñas preguntan, 
como sólo las niñas preguntan, 
todo. 

En lo simple todo, 
en el pequeño y rechoncho dedo que señala 
un globo terráqueo está todo lo que nos cuestionamos. 

Un bandoneón universal llora notas pequeñas, 
simples notas que contienen todas las escalas 
que se fueron entre dos interrogaciones 
de una niña impertinente. 

SIN VERSOS EN LAS YEMAS

Se marchitaron los brotes  de versos en las yemas de estos sarmientos,  gélidos de la nevada,  y el racimo es promesa por incumplir.  No abu...