sábado, 16 de septiembre de 2017

LAS PALABRAS QUE NO EMIGRAN.

En la rendija está la huída
y en la bisagra lo posible
mientras el viento amarillo
barre las aceras negras.

En tu mirada de almíbar
se acumulan los insectos
que no supieron de prudencia.

Es el otoño quien se acerca
con su maleta de hojarasca
silbando una balada antigua
con la mirada lacrimosa.

En tus labios derretidos
hacen nido las palabras
que no emigran este año. 

miércoles, 13 de septiembre de 2017

LIBRO DE CUENTAS.

Deducido el montante de lo gastado,
aplicado el descuento de lo desvivido,
queda saldo posible aún en precario
y no todos me niegan crédito.

Perdí partidas quemando naves,
aposté las noches más desangradas
empeñando anillos de promesas muertas
ante munícipes ebrios.

Miro adelante y me veo ligero,
sin el peso muerto de la palabra hablada,
con una muerte burlada
y lo que reste envuelto en pañuelo anudado.

martes, 12 de septiembre de 2017

A BLAS.

Cuando parece haber llovido todo,
cuando el cuero apenas dobla
y se mira hacia el fin de las jornadas,
llega la muerte en tajo
para el hombre bueno,
epílogo imprevisto
en canto de cuchillada.

Apagaron tu mirada clara
y la zancada veloz
de tus carreras
mientras intentabas
protegernos de lo homicida.

Que el recuerdo te sostenga
y te de honra merecida.

GAVIOTA DE LA BALCONADA.

En los furtivos labios del amor postrero
bebí los vientos destilados en prohibido,
sembrándose las dudas en las comisuras ciegas,
fusilando la gaviota de la balconada.

La muerte erró,
el grito está encofrado
y amanece en hueco
sobre las tierras aradas.

Desenfocada ahora la radiografía,
secas las fuentes en las plazas viejas,
se desengrana el motor de la barca alada
que deriva en aguas y espuma de arrecifes.



lunes, 11 de septiembre de 2017

EN EL CAMINO QUEDAN.

En el camino quedan
los agradecimientos sin evidencia,
los gestos ahogados
en celofán de prudencia
y la música de las miradas.

Como soberbia se toma
el apresurado hacer
del inexperto en convenciones.

Me disculpo sin contrición
de lo que no hay consciencia,
sacudido por el desplante
y las lecciones aprendidas.

Mejor callar,
como ya es hábito forzado
y no mirar
a quien se apea en la orilla.

EN TIEMPO ESTAMOS.

En tiempo estamos de hijos parricidas
que degluten progenitores atónitos
ante la ingesta filial
de carne de masa madre.

En tiempo de hombres falsos,
de género degenerado
que violenta lo impropio
cual si derecho hubiera.

En época de desatino,
de torpe errar por el avance,
carente de datos para la suma,
se opta por la resta.

SIN VERSOS EN LAS YEMAS

Se marchitaron los brotes  de versos en las yemas de estos sarmientos,  gélidos de la nevada,  y el racimo es promesa por incumplir.  No abu...