Vestido de túnica
de lluvia terca
y constante,
hago visitas
programadas
de protocolos
de delirio.
Sociedad,
social,
sociable,
socializante
y saciado,
más que saciado
ahíto,
del saludo en serie,
y la mueca
solapada en las pupilas.
No apeo el terno
intangible
del como debe ser.
Mesas amanteladas,
amarteladas de sirope,
empalagoso
de simulado agrado.
Próceres disertan,
a medios sedados,
sedas en estribillo
y yo,
y los demás,
asentimos sin escuchar
con la canción aprendida.
Las manos
lamidas de manos
amoldadas,
entrenadas,
adiestradas al estrechón,
mecánico y medido
en intensidades
acordes a los escalafones.
A vender nubes
bajo el chubasco.
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