sábado, 29 de noviembre de 2014

Vanesa y el plomo

Hay en las calles plomo,
Vanesa,
el asumido que te lleva
sin aviso.
Rosas de plomo
y sangre honrada,
en el asfalto atónito
de una calle patrullada.
Te vas, compaňera,
en el plomo criminal
de estos tiempos densos.
Te vas,
compaňera,
para todos,
para casi todos,
porque las placas doradas
llevarán tu nombre,
invisible e indeleble,
junto al de tantos otros.
Te lloro sin conocerte
por ser mía en uniforme.

martes, 25 de noviembre de 2014

PINCEL

Por ser pincel que declina
moldear el blanco puro,
de áspero se me tacha,
casi de brocha.
Más de sombras a trazo grueso,
sin perfilar los rostros que me pueblan,
que no son de altar los lienzos
que vulnero,
que son de calle sucia,
ebria de amargores.
De niños sin alar,
terrenos y puñeteros
tras el berrinche.
De taciturnas novias
posando interrogantes,
dudosas.
De mendigos rabiosos
y nobles pendencieros.
Cadáveres sin velar,
soledades definitivas.
Pincel de aire viciado,
de óleos sin aroma. 

lunes, 24 de noviembre de 2014

Reforma

De nuevo reconstrucción,
tras descender de vuelta
a las sombras
que proyecto,
al vicio del dolor
y la autocompasión
a trago seco.
Revocar de nuevo
la fachada de grieta necia
y no repartir tragedia
por mis inmediaciones.
Yo soy mi problema,
la causa última
y la consecuencia.

martes, 18 de noviembre de 2014

Blasfemia relativamente razonada.

El Señor hizo en mí maravillas,
El Señor hizo en mí maravillas,
y yo en el Seňor me  cago,
no por blasfemia,
sino por hartazgo
de patraňa,
que no hay maravilla,
ni en mí,
ni siquiera en la diva
que maravillarme puede.
Que hasta los Olimpos cagan.
Cagaron siempre mentira
sobre la razón humana
y aun persisten,
mientras se pasan monaguillos
por el escroto sacrosanto
de autoridades usurpadas.
Y perdón pide
el condescendiente patriarca
de la suprema estafa.
Qué buenos son
los hermanos salesianos,
que buenos son,
que nos llevan a lo oscuro
y nos muestran lo daňino
de los torpes tocamientos.
Hijos de puta ensotanados,
investidos de poderes
que la ignorancia otorga.
Meteos las  cruces
y los desnudos mártires
en vuestros entresijos.
Alejaos de los niños,
que nadie promulgó tal cercanía.
Llegará el día
en que el timo no cuele.
Renunciad a la  ignominia
como método de pervivencia.

Entrada de diario con retrospección.

Llevo en las botas el polvo
más viejo de los arcenes,
las huellas han muerto
náufragas de aguaceros,
y en pocas memorias
dejé algo de equipaje.
Mejor así,
leve,
que gravoso para el prójimo.
No tengo queja
para con mis azares,
pues causa dí
para mayores avatares.
De patrimonio la osamenta,
que aguanta la carga
de palabras que aglutina.
En la piel hematomas,
pues sin golpe no hay constancia
ni fe de vida,
mas también poseo temblores,
escalofríos amables
de volátiles dedos
y labios navegantes.
La obra, difusa,
sin disciplina fija
ni gloria ni Parnaso,
algún gesto aprobatorio,
algún pellizco en los sentires
de vulnerables congéneres.
Aun sigo buscando escenas
que al menos evoquen,
algo provoquen
en condescendientes miradas,
aliadas a mi demencia.
De lo futurible no hablo,
no hay vaticinio,
voluntad de estar,
al menos algo más,
y ser testigo de cargo
en este proceso abierto,
de errática instrucción,
en el que estamos incursos
desde la división celular
que nos amalgama.


domingo, 16 de noviembre de 2014

Por qué no.

Tenía que venir
el tiempo del fin de los silencios,
de siempre asentir.
Y entonces surgió
un supuesto posible remedio
a la desolación.
Y mira que yo
me resisto a creer como un necio,
pues la fe me empalaga.
Veo mejor
comprobar si no hay precio,
si esto tiene enderezo
pues ya estamos en bragas.
Mejor será probar
algo nuevo en lugar de este ruedo
de locos de atar.
Quizá fracasar,
pero hay que apartarse del miedo
para prosperar.
No podemos más,
quedarnos a rogar a ese cielo,
postrados de rodillas.
Hay que andar,
que nos roban el suelo,
nos niegan todo vuelo
y apalancan las sillas.
Puede ser clavo ardiendo,
pero ahora mejor es quemarse
que ahogarse riendo.
Poner el remiendo
a ese traje que quieren cortarse
los otros mintiendo.
Habrá que plantarse,
barajar de nuevo las cartas
sin que estén marcadas.
Y a cortar
de nuevo la tarta,
tirar de la manta,
echarlos a patadas.

Monólogo complaciente

Que sepa usted que soy corriente,
yo nunca tuve pretensión de altura,
que tenga gesto tosco e indolente
quizá se deba sólo a la impostura,
uno no goza de mucho don de gentes
que a mi la masa me la trae madura.
Por qué ese afán de alistarme
y de darme filiación,
si por casar yo no caso
ni con Dios.
Que tengo amigos no voy a negarle,
y cada uno con su coyuntura,
honrosos hijos de su padre y madre,
con su contexto y su infraestructura
y gran paciencia para soportarme
como yo hago con sus desmesuras.
Como la vida es compleja,
algún amigo perdí
pero no siempre fue, vieja,
por mí.
Y de los amores mejor ni contarle,
que fui surtido en esta corta vida.
Hay cicatrices y algún agradable
recuerdo tierno por mi geografía.
Pecaditos, alguno inconfesable,
que yo perdono pues son cosa mía.
Y qué le importará a nadie
todo lo que le conté,
si no tuviera bastante
yá  usted.

viernes, 14 de noviembre de 2014

November blues.

La luz se estraga
por los visillos dormidos,
mi cuerpo paga
peaje por el aullido, 
por la postura
en un sofá envejecido
que nunca ayuda
para ordenar lo vivido.
Tengo una muda,
tengo mil pájaros muertos
y, en la impostura,
voy transitando desiertos.
Soy peregrino,
fugitivo de mi esencia,
y en la carencia
se va forjando mi sino.
Soy un farsante,
un timador de la conciencia,
y en apariencia,
un soňador petulante.
Tengo envasado el latido
y el aliento más arcano,
el extertor presentido,
el gemido más cercano.
Tengo calor en las manos,
y en las palabras infiernos,
en la saliva veranos
y en la mirada el invierno.

martes, 11 de noviembre de 2014

TENER ALIVIO

Despierto una mañana
y ya extravié mi sombra,
me asomo a la ventana
y la ciudad me nombra,
creo que me hace falta
revisarme la horma,
la horma del zapato,
la horma de mi forma,
de mi runrún de gato,
mi huída de paloma.
Poder nadar
entre los rayos del sol,
del sol dormido.
Atesorar
las luces en colección
en un suspiro.
Soltar la rabia
que me inocularon,
y tener alivio,
tener alivio.
Siempre viví en la fuga
de cárceles cercanas,
perdí las escrituras
de ayer para mañana,
convivo con la duda
que me pintó las canas.
Las canas de mi cima
de mi cima pelada,
de tanto buscar rima,
de tanto encontrar nada,
Me voy a hacer
una camisa de sal,
de sal marina
y disfrazarme
de ola sin culminar
de espuma fina.
Soltar la rabia,
que me inocularon
y tener alivio,
tener alivio. 

A veces paseo.

A veces paseo, 
transito calles y rostros, 
intercambio saludos leves 
con gente común, 
quizá homicida, 
con cadáveres ocultos 
en escombreras perdidas, 
o sólo en los deseos, 
en los anhelos, 
gente social 
capaz de todo. 
A veces paseo y miro, 
miro ojos esquivos, 
ojos falsificados 
que me ven malvado, 
aventurando mis crímenes posibles. 
A veces paseo y huyo, 
por túneles fortificados, 
del mirar y ser mirado, 
que ya me miro yo, 
en simetría, 
para no reconocerme.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Una nana



En el estribillo de una nana,
gallega y triste,
sé que te perdí,
en cierta medida.
En cierta medida me paralizo,
entre interrogantes de acero
que la razón me cercan.
La razón me cercan
y engorda el nudo
de las aceras vacías.
Las aceras vacías
que te pretenden,
mientras entono ausente
el estribillo de una nana
gallega y triste.

sábado, 8 de noviembre de 2014

La política cosa

En estos días
de la política cosa,
cuando la ciénaga
se evidencia y los pilares
se ablandan fétidos,
en que tomamos
cierta conciencia del timo
que propiciamos indolentes,
parece que la opción
sólo es lo nuevo.
Mucho empacho de consignas,
bellacas banderas
y mitos viejos,
para tiempos mutantes
en constante aceleración,
ya no son adecuada prescripción
para el mal de angustia
que el capital viscoso arraiga
en la mayoría expoliada.
Palabras nuevas,
quizá estrofas de métrica adaptada,
son clavo ardiendo
ante el abismo sobrevenido.
Revuelta multimedia
sin paredones a la vista.
No hay certeza
pero algo habrá que hacer,
hijos de puta.

Pequeñas cosas

Se escapa la mañana 
entre teclado y café insistente. 
Habrá que vivir, 
por ejemplo, 
bajando a la superficie del fregadero 
que clama por atenciones. 
Nada trascendente, 
muy mundano pero consistente 
argumento de existencia. 
Orden y concierto en lo pequeño, 
no todo es mente 
y la bayeta ayuda a comprender realidades. 
Asaltar la cocina 
y ejercer la alquimia en vitrocerámica, 
alteraciones moleculares para el alimento 
de este envase de demencia congelada. 
No hay entusiasmo 
en la tarea irrelevante, 
pero consuela pensar 
en Diógenes sufriendo.

jueves, 6 de noviembre de 2014

Llegados a este punto.

Llegados a este punto,
a este hueco en negro,
podríamos decir nada
o avanzar en la inercia.
Porque la expansión
es cierta,
nos lleva,
y mejor seremos
a pesar de lo oscuro.
Encogerse bajo la colcha
nunca dio luz para mañana.
El miedo es arma
si la amenaza es cierta,
si no es lastre para el vuelo.
La falacia nos poseyó,
prostituidos a los lemas,
mudos testigos de un saqueo,
hijos de la doctrina
del resignarse a lo mediocre.
Limpiad vuestros culos
de sedimentos de pánico
y recuperad timones,
navegad hacia lo nuevo,
lo inevitable y necesario
para evitar la hecatombe
de lo asumido.

martes, 4 de noviembre de 2014

A medida del invierno

A medida que el invierno avanza
y los tiempos se escarchan,
se contraen los espacios
y el hueco doloroso aprieta.
No es climático,
necesariamente,
el ansia,
el ahogo periódico
que revisita la almohada,
pero la nube ayuda,
solidaria de soledades.
Habrá que respirar la lluvia
como anticuerpo.
Bañarse en viento del norte,
de criminal afán de ola,
desayunar rocíos,
cristales en garganta,
y cantar un aria espesa,
liberando aliento presidiario.
Peso de abrigo,
lastre de vuelo,
la duda embozada
en foulard de seda. 

Son nosotros

No nos son ajenos,
que nos son propios.
No aterrizaron
ni brotaron en los huertos.
Son nosotros,
nuestra indolencia,
nuestras pequeñas sisas
multiplicadas,
nuestra avaricia consumada,
nuestras miradas a otro lado,
nuestra crítica de taberna
y nuestro voto de mal menor,
por acción u omisión.
Son lo que dejamos
que fueran,
réplicas de nuestro afán.
Rasgamos vestiduras
siempre tarde,
cuando el expolio ahoga.

sábado, 1 de noviembre de 2014

Felicitación

Cumples,
conmigo cumples,
en la marea adversa,
en las arenas.
Y no puedo pedir
más de lo que entregas.
Y aunque el metal
sea mi savia,
saber, sabes del ascua.
Feliz te ansió,
sin garantía,
tu sorna me empuja
a afrontar los días.
Sigue cumpliendo
que yo aquí sigo.

SIN VERSOS EN LAS YEMAS

Se marchitaron los brotes  de versos en las yemas de estos sarmientos,  gélidos de la nevada,  y el racimo es promesa por incumplir.  No abu...