La luz se estraga
por los visillos dormidos,
mi cuerpo paga
peaje por el aullido,
por la postura
en un sofá envejecido
que nunca ayuda
para ordenar lo vivido.
Tengo una muda,
tengo mil pájaros muertos
y, en la impostura,
voy transitando desiertos.
Soy peregrino,
fugitivo de mi esencia,
y en la carencia
se va forjando mi sino.
Soy un farsante,
un timador de la conciencia,
y en apariencia,
un soňador petulante.
Tengo envasado el latido
y el aliento más arcano,
el extertor presentido,
el gemido más cercano.
Tengo calor en las manos,
y en las palabras infiernos,
en la saliva veranos
y en la mirada el invierno.
viernes, 14 de noviembre de 2014
November blues.
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