viernes, 16 de octubre de 2020

MALOS TIEMPOS PARA LA CRÍTICA

 Me levanté y me vi. 
El café lo puse yo. 
Me lo agradecí en lo formal, 
sin afectividad añadida. 
La sintomatología 
insiste y despliego comprimidos 
para el reparto. 
Volví a darme las gracias 
y entre sorbo de café, 
prematuro de tibio, 
con la microonda fallida, 
escribí este poema indolente 
con los pulgares 
sobre lo táctil más táctil 
de lo que ahora tocamos. 
No me gustó. 
no dije nada, 
habrá más gente que lo deteste 
y no son buenos tiempos  
para la crítica. 

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