desde que decretaron la quietud,
esta quietud que nos define en la era estática
de la estética de lo embozado,
el encapote,
lo solapado,
lo confinado por indefinido
y lo precintado,
perimetrado,
territorialmente distribuído
y, siempre a destiempo,
lo sepultado.
Se me agotaron las cuitas pero no el asombro,
el asombro y tanta pena en la desdicha
de observar el hundimiento
al que responden con banderas de metrajes indecentes
y casi matar quisiera ,
casi matar quisiera en figurado
mientras ellos casi alientan el matar en diferido.
Se me agotaron las cuitas
pero casi matar quisiera.
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