En el caminar en seco por las tierras
que dejan memoria en las huellas,
las que se transfieren a tu historia nunca escrita,
en ese caminar, decía,
queda cierto dolor de raíz no consumada.
Qué más dará lo pisado,
también es cierto,
que no será sustrato el que te construya
sino el clima de los encuentros,
los desencuentros y las luces y humedades
fotosintéticas
que la savia destilan.
Pero tienen las ciudades códigos
que impresos quedan,
impregnados en las prendas de entretiempos
como sello oficial de anotaciones al margen.
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