jueves, 14 de diciembre de 2017

ESCAMPAR.

Bien es cierto que debiera escamparme,
dejar de diluviarme adicto a la borrasca
y acoger anticiclones serenos,
tal y como dictan tus pupilas.

En verdad os digo que debiera
afiliarme a la calma chicha
o a la brisa leve,
desnudándome del traje
de acero de navaja.

Es más que recomendable
abandonar la corteza
de escarabajo viejo
y temblar al aire,
al agua y al miedo
que siempre hubo.



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