Tuve arrebatos de soberbia
cuando me vi vivo,
quizá sin merecerlo
pues nos inculcaron
merecer castigo.
Luego supe la verdad,
bueno,
siempre la supe,
el azar aquí me mantuvo
por molestar,
menoscabado
pero presente,
algo silente
pero no ausente.
Ni karmas ni mierdas,
ni pecado ni penitencia,
causas y azares
como canta Silvio,
que te acorralan
y te salvan
por acciones u omisiones
propias y ajenas.
Tengo arrebatos de soberbia
mas también de pánico,
para qué mentiros,
de vértigo y la ira
que me invade a ratos.
Tengo arrebatos de presencia.
cuando me vi vivo,
quizá sin merecerlo
pues nos inculcaron
merecer castigo.
Luego supe la verdad,
bueno,
siempre la supe,
el azar aquí me mantuvo
por molestar,
menoscabado
pero presente,
algo silente
pero no ausente.
Ni karmas ni mierdas,
ni pecado ni penitencia,
causas y azares
como canta Silvio,
que te acorralan
y te salvan
por acciones u omisiones
propias y ajenas.
Tengo arrebatos de soberbia
mas también de pánico,
para qué mentiros,
de vértigo y la ira
que me invade a ratos.
Tengo arrebatos de presencia.
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