domingo, 27 de mayo de 2012

CANCIÓN DE FRAGUA

Yo que cometí la imprudencia
de dar metal a tu forja 
debo ejercer la conciencia 
para que brille tu hoja, 
para que temple tu acero 
y seas espada leal 
sin las mellas que da el miedo 
de este vivir anormal.
Que eres luz,
luz viva,
no eres sombra
cautiva.
Eres viento,
eres ala,
y tu vuelo
es mi calma.
Porque tú no mereces la carga 
de equipaje de anomalía, 
de merienda de fruta amarga
que caduca todos los días.
Y quién opte por el abismo,
en monólogo sea la acción,
para los trucos de escapismo
tú no entras en el guión.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comente si quiere que se publicará si me place.

SIN VERSOS EN LAS YEMAS

Se marchitaron los brotes  de versos en las yemas de estos sarmientos,  gélidos de la nevada,  y el racimo es promesa por incumplir.  No abu...