miércoles, 24 de febrero de 2010

MI GUERRA

Abandono la trinchera,

harto ya de los silbidos

de las balas trazadoras

y saco hirviendo la pechera

para presa de los nidos

de las ametralladoras.

Y prefiero ser caído,

en acto de cruel guerra,

que vivir como objetivo

de un tiroteo manido

encajado cuerpo a tierra,

arrastrado y fugitivo.

Que cansé de los asedios  

y de los campos minados,

de las treguas en oferta.

Que me mata más el tedio,

los rencores solapados,

que toda la saña abierta.

 

 

 

 

 

 

 

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