miércoles, 7 de diciembre de 2016

TRISTE CANCIÓN DE ENTRE PUENTES.

Miro de dentro hacia fuera,
como buscando calor.
Soy cazador de quimeras
entre las manchas del sol.

Herido tras la refriega
por un disparo de flor
que regalo a quien me niega,
para que luzca mejor.

Recojo el guante
con el talante
de un maleante
sin voz.

En esta esfera,
toda escalera
tiene trinchera
feroz.

Pueden llover algodones
en rabioso temporal,
pueden arder los balcones
de la calle principal.

Enloquecidos gorriones
devorando a un Cardenal,
ellos tendrán sus razones
para librarnos del mal.

Tejo canciones
a borbotones,
con sus raciones
de sal.

Sin emociones,
hago ecuaciones
con las naciones
sin mar. 

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