muertas flores a mi paso,
heridas de radiación de rabia.
Rabia de átomo humano
pues lo humano es rabia.
Hay días en que amar
es fraguar en cemento el aire
que lastra el pecho a los abismos.
Y duele la ubicación,
la propia geografía
araña el ánimo
en surcos de duna.
Hay días áridos
en lo propio.
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