abrasa Carreño Miranda
desde la Iglesia abajo.
Un sol transeúnte,
quizá peregrino
de breve estancia
en ciudad de bruma,
rompe la calzada
a golpe de rayo matinal
que ciega la esperanza.
Me refugio ambulatorio
en dispensario de recetas,
a la espera de turno
siempre en retardo.
Afuera el sol barre el camino
de este Mieres
también a la espera.
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