Ahora tengo la certeza 
de vivir en desbandada, 
titulado en estampida, 
ejemplo de lo prescindible. 
Mi osado pié se interna 
en pozas que él perfora 
buscando el tropiezo, 
la errata, 
y tú, 
tú me miras impasible 
esperando la caída. 
Es así que soy, 
que habito huecos 
sólo por llenarlos, 
siempre de paso, 
pasajero, 
efímero y volátil. 
Candidato al abandono, 
me dejo, 
rompo conmigo 
por mala convivencia.
jueves, 17 de junio de 2010
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