jueves, 17 de junio de 2010

Ahora tengo la certeza
de vivir en desbandada,
titulado en estampida,
ejemplo de lo prescindible.
Mi osado pié se interna
en pozas que él perfora
buscando el tropiezo,
la errata,
y tú,
tú me miras impasible
esperando la caída.
Es así que soy,
que habito huecos
sólo por llenarlos,
siempre de paso,
pasajero,
efímero y volátil.
Candidato al abandono,
me dejo,
rompo conmigo
por mala convivencia.

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