Entré por las ventanas 
de esta vida a contratiempo, 
como un mal viento
adobado con sal
robada de algún mar.
Borré las carreteras
recorridas a carreras
contra la esfera
de este mundo lunar
que no quiere parar.
No me queda más que un fin,
tu escalera,
y tú no me dejas subir
ni me esperas. 
Así que aquí me quedo 
acampado en descansillo, 
bajo un visillo 
que no me deja ver 
si quiero o no volver. 
Cantaré de madrugada, 
molestando a los vecinos, 
versos prohibidos 
que nunca publiqué 
y te avergonzaré. 
Porque así quiero vivir, 
a la espera, 
ni contigo ni sin tí, 
mala fiera.
jueves, 17 de junio de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
SIN VERSOS EN LAS YEMAS
Se marchitaron los brotes de versos en las yemas de estos sarmientos, gélidos de la nevada, y el racimo es promesa por incumplir. No abu...
- 
La hojarasca borra todo el sendero y los árboles no avisan, como intentan los semáforos tras la nevada urbanita. La importancia de las s...
 - 
Se marchitaron los brotes de versos en las yemas de estos sarmientos, gélidos de la nevada, y el racimo es promesa por incumplir. No abu...
 - 
Me llegan cantos de terrón en voz de musgo, en voz de ave que sortea los pentagramas volando desde la entraña para arroparme en el duerm...
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comente si quiere que se publicará si me place.