jueves, 22 de febrero de 2018

AJENO A LOS PARNASOS.

Cuánta estupidez alberga la razón
cuando,
a sabiendas de la esencia,
rememora miedos en efemérides.

Pude morir, un año hará,
y me asumí breve,
leve,
mero soplo que no tenía.

En el sofá inmerso,
rendido a la evidencia,
dispuesto a toda despedida.

Y aquí soy al cabo
de un año nada fácil,
como fácil no será
lo que reste,
que siempre será poco.

Al menos dejé letras
que vida siempre aportan,
y que haya quien me diga
que mi verso le alcanza.

No entraré en los parnasos
del afectado,
poeta chusco soy
de difícil acomodo,
mas hay gente de pueblo
que mi verso reivindica
y emoción le atañe.
Con eso me basta
para seguir blasfemando
versos de ternilla y carne. 

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